IGLESIA "LA CATEDRAL"

La historia de nuestra ciudad se escribe en piedra, y la primera iglesia es un capítulo fundamental de este relato.Tras el terremoto que sacudió a la ciudad de Ibarra en 1868, la iglesia " La Catedral" fue fundada cuatro años más tarde en 1872, donde la fe levantó sus muros.

  • ANTIGÜEDAD

Nacida de las ruinas del terremoto de 1868, en 1872, esta iglesia comenzó a elevarse hacia el cielo, como una plegaria hecha piedra. 

A pesar de las heridas sufridas en el sismo de 1987, gracias a la mano cuidadosa de Monseñor Bernardino Echeverría Ruíz, recuperó su belleza. 

Sus muros, que han visto pasar siglos, albergan los óleos de Rafael Troya, donde los apóstoles, con sus miradas llenas de sabiduría, parecen conversar con los visitantes.



  • ESTÉTICO FORMAL

Su silueta, neoclásica y ecléctica, danza en una sinfonía de columnas circulares que sostienen entablamentos delicados. 

Arcos de medio punto y rebajados se entrelazan, creando un juego de luces y sombras que invita a la contemplación. 

La cornisa, como un collar de perlas, corona la fachada, mientras el frontón curvo se alza como un gesto de bienvenida al cielo.

  • TIPOLOGÍA FUNCIONAL

La Catedral de Ibarra, un santuario de piedra y fe, se alza majestuosa, con tres naves que se extienden como brazos abiertos hacia el cielo. 

Las arquerías, delicadas como encaje, delinean el espacio sagrado, mientras las naves laterales, de menor altura, envuelven al fiel en un abrazo cálido.

 El Nartex, umbral entre el mundo terrenal y lo divino, se despliega bajo el Coro, invitando a la reflexión. 

Al fondo, el Presbiterio, lugar sagrado de los sacramentos, se erige como un trono celestial.

  • TÉCNICO CONSTRUCTIVO

Sus muros, tejidos con la paciencia de los artesanos, son un canto a la solidez y la belleza. 

Columnas y arcos, esculpidos en "cal y canto", se alzan majestuosos, sosteniendo el peso de los siglos. 

Treinta y dos ventanas, como ojos que miran al cielo, iluminan el interior con la calidez de la madera y el brillo del vidrio. 

La cúpula, nervada y ligera como una pluma, se eleva hacia las alturas, perforada por ocho ventanas que permiten que la luz divina inunde el espacio. 

La portada, labrada en sillería, es un portal que invita a la contemplación, flanqueada por dos torres de ladrillo que se yerguen como centinelas.  

HISTÓRICO-TESTIMONIAL-SIMBÓLICO

Desde octubre de 1606, como un hito en el tiempo, se erigió la primera piedra de este templo. 

 Sin embargo, el destino quiso que sus muros, aún tiernos, sucumbieran ante la furia de la tierra en 1686. 

La fe y la devoción, inclaudicable del pueblo, levantó nuevamente sus pináculos en 1872, gracias a la visión de Monseñor Antonio Iturralde, quien, reconstruyó este santuario.

CONTACTO

Antonio Jose de Sucre (Parque Pedro Moncayo), Ibarra, Ecuador 

098 807 1063 

iglesiacatedral20@gmail.com 

© 2024 La historia detrás de cada Iglesia
Creado por: 
Estefany Almeida 
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